Cráter lunar

22 de marzo de 2015, sexto partido sin ganar en liga y un 2-0 en contra que por designio divino en forma de que Toloza no tuvo su mejor tarde no fue una goleada mayor. Un partido el cual volvió a desnudar las falencias (defensivas sobre todo) en un primer tiempo para el llanto que se llevaban viendo desde el semestre pasado que se disimularon en los 3 primeros partidos que hubo un ataque efectivo pero apenas se mermó su rendimiento se volvieron a hacer evidentes.

8 de septiembre de 2014, horas de la noche, era anunciada la llegada del profesor Ricardo Lunari a Bogotá, poco se sabía de su recorrido en el banquillo más allá de haber sido técnico interino de Newell’s por escasas 3 o 4 fechas que había sido su trabajo más reciente, semana en la que un 4-1 en un duelo ante un rival de patio que eventualmente saldría campeón meses después nos hirió el orgullo pero exoneramos al argentino recién llegado. Igual lo exoneramos de otros resultados «rompecorazones» como un 0-0 ante Junior en Bogotá en un duelo donde la localía ha pesado mucho históricamente para ambos equipos, un 1-4 ante un Medellín que perfectamente habría podido dar un batacazo peor de escandaloso (y la peor goleada que habría visto en X años yendo al estadio), un 4-3 en Cali ante los azucareros y rematando un triste semestre que nos amargó la navidad prematuramente a muchos con un 1-0 en Ibagué donde Chará -un gran jugador pero de corta estatura- nos hizo gol de cabeza tras un tiro de esquina. Así culminaba un semestre donde todos eran culpables, pero justificábamos a Lunari bajo el argumento de «no era su equipo» y «tenía un equipo «insalvable» que nunca recuperó los ánimos y sensaciones».

Llegó el final de semestre y los días previos al inicio de la Liga 2015-I con buenas sensaciones porque los refuerzos se trajeron a tiempo, que de hecho son buenos refuerzos, y porque las palabras del DT argentino eran contundentes hablando de que se trajo lo que el quería y que el sería responsable de lo hecho. Llegó el inicio de la Liga con 3 partidos en casa contados por victorias, 9 goles a favor y solo 1 en contra, aunque en medio de estos hubo un desliz en el debut de Copa que fue un contraste desolador respecto a lo visto en liga. Salimos de Bogotá y vimos cómo ese buen inicio del que muchos (me incluyo) presumíamos al ver y decíamos que de seguir así la historia tendría el mejor final solo fue una quimera, nos bastó salir de casa para ver los mismos errores de 2014-II, una derrota en Ibagué donde el árbitro incidió sin querer decir que debimos ganar, luego una humillación en Cali y una derrota en Copa ante el colero de la B para volver a casa donde casi al final Gabriel Díaz logró rescatar un pálido empate ante una pobre Equidad.

Pasaron los días y siguió la racha adversa donde las preguntas eran cada vez más y más grandes, veíamos cómo un 0-0 somnoliento ante las Águilas de AlgunaParteDelMundo fue la respuesta a cambios insensatos como el de sacar a Reina que era el que intentaba rematar desde afuera del área y era lo único que conectaba a un Uribe (que si bien no anda en su mejor nivel) solitario en ataque con el resto del equipo. Pasamos a un clásico bogotano donde los arqueros fueron protagonistas pero al final ningún equipo se esforzó por ganar, viendo en el lado local los mismos cambios inentendibles (sacar a Reina de nuevo, Agudelo jugando de volante por derecha los minutos que jugó, un Mosquera que da (peor de) grima deambulando los 90′). Pasamos a un triunfo ante Bogotá muy ajustado donde las malas definiciones fueron parte del menú para pasar a lo de ayer (sacar a Silva que si bien estaba en una tarde fatal empujaba al equipo, sin contar lo ineficaz que fue jugar línea de 3 atrás, la misma soledad de Uribe sabiendo que el solo no da resultados), y todo eso sin contar que en los últimos 2 partidos 3 lesionados antes del minuto 30, ¿cómo se explica eso?

Cada vez me surgen más preguntas que respuestas. Sé que hay jugadores a los que se les acabó el hambre de gloria hace mucho y se deben ir porque ya dejaron de aportar o nunca lo hicieron, sé que los directivos tienen gran parte de culpa porque se pudo traer a alguien más capacitado pero el optimismo nos cegó y no lo quisimos ver así en su momento. Pero hoy simplemente quiero decir que, con dolor del alma, y más sabiendo que por nombres este equipo es más que el de 2014-I donde un penalti al palo nos dejó sin final, ya no quiero ver a alguien en el banquillo que por más amor que profese al equipo diga que va a salir a ganar pero se conforme con empates o con «solo venir con 2 goles en contra» de regreso a Bogotá. No quiero ver a un equipo que haga un gol y se «eche» hacia atrás. Quiero volver a ver a un equipo que visitarlo en su casa de miedo y afuera haga que los locales tomen precauciones, en síntesis, por más que me contaron de lo luchador que usted fue en esos 6 meses de 1996, profesor Lunari, por ese amor a Millonarios que dice tener, y sé que casi 100% seguro usted ni sabrá que escribí esto, pero a paso de empatar en casa especulando y de comernos 1 goleada al mes no iremos a ningún lado, así que por favor váyase ya. También sepa que como un día muchos lo apoyamos en su llegada, pero así como cuando uno intenta enamorar a una mujer no lo hace pensando que será mal correspondido, cada vez somos más esos que usted se encargó que pasemos a darle la espalda; pero sepa que sobre su nombre, así como el de cualquier jugador y DT que haya pasado o pase está el de Millonarios, y si sigue aquí que seguramente será así, ojálá encuentre la fórmula para hacer que el equipo ganador vuelva y no se termine de evaporar el sueño de salir campeón en junio de 2015. Mientras tanto, ahi estaré en mi misma silla de siempre en El Campín el miércoles, el domingo y las demás fechas subsiguientes.

Hasta una próxima.

PD: en teoría ganando todo lo que queda en casa y ganando solo 1 partido afuera clasificamos a los 8, si estos llamados de alerta no funcionan para que todos los culpables despierten, grave. Igual, sigo creyendo en Millonarios.

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