Después de pasar un anhelado por mucho tiempo fin de semana en Medellín hago mi recapitulación de lo que fue este viaje a la capital antioqueña. Pero antes, quiero aclarar, lo haré desde mi posición netamente de turista y no con la visión de hinchas que pudieron ser afectados por desmanes de algunos desapatados que se esconden detrás de una camiseta.
Tomé un bus desde el terminal del Salitre de Bogotá a eso de las 10:00 PM del Jueves, pero hubo cierto retraso con la salida ya que el sistema estaba caído y hasta que no se verificara una información no se pudo salir. El viaje arrancó tipo 11 PM y terminó a las 8 AM que llegué a Medellín sin contratiempo alguno. Poco recuerdo del camino debido a la oscuridad y a que dormí aunque interrumpidamente una buena parte, pero me quedo con la vista imponente del río Magdalena llegando a Puerto Salgar.
Ya llegados, empecé por dar un recorrido fácil de la ciudad, ¿Cómo? Montando por las líneas del metro, de Niquía a La Estrella y de San Antonio a San Javier, y cuando pasé de nuevo por la estación más cercana a mi sitio del hospedaje empecé a caminar, más puntualmente de la estación Estadio hasta Bulerías, donde como todo recién llegado y en mi caso, que llevaba 15 años sin ir a Medellín, me fue fácilmente perderme gracias a las calles Circulares y una vuelta tonta que le di a la UPB, pero al final llegué exitosamente a mi destino.
Después vino un recorrido desde mi hotel hasta San Diego pasando por Nutibara y luego de San Diego al Museo de Antioquia pasando por lugares como el Parque Berrío y el banco de la República. Al final del día hubo un buen paseo desde el CC Oviedo hasta Pueblito Paisa pasando por el Parque Lleras y El Poblado viendo alumbrados y decoraciones típicas de Navidad.
El día siguiente fue un día más «ecológico-Cultural», un paseo por el Parque Explora y el Jardín Botánico para aprender de distintas áreas del conocimiento y una tarde llena de buenas cervezas en el sector de la carrera 70 (donde señalo el hecho curioso de recibir maíz pira como acompañante de lo que se pide) y recorriendo la unidad deportiva del Atanasio Girardot resumen ese día.
El Domingo no fue un día de mayor acción, de nuevo un último recorrido por el sector de Laureles y el estadio para posteriormente ir por el Parque de los pies descalzos, para después en la tarde volver al Atanasio y dar una buena caminada hasta la villa del Aburrá para departir un rato antes de partir de nuevo a mi amada Bogotá.
¿El top del viaje? Difícil, diría que todo, pero me quedo con Pueblito Paisa, muestra en «escala micro» lo que son los pueblos antioqueños y su esencia.
¿El flop del viaje? Que no duró más tiempo, porque de todo, hasta de la perdida narrada anteriormente saqué mucho jugo y mucho gusto.
Nos volveremos a ver pronto, grandiosa Medellín, y ojalá los que tienen algún sesgo contra esa ciudad y sus habitantes por cualquier razón X se lo quiten y disfruten de esa ciudad, así como yo lo hice.
PD: Agradecimiento TOTAL a Sebastián Areiza, Alexander Asprilla y Andrés Deossa, gracias a ellos se pasó un perfecto fin de semana en una ciudad que tiene demasiado para dar a todos los turistas y en la cual me pude sentir afortunadamente como un local más.