Que El Campín decida

Barranquilla, jueves 2 de junio de 2016, 10:00 pm aproximadamente. El pitazo final del «primer tiempo» de un largo partido de 180 minutos ya nos ponía en un caudal donde se debía remar contracorriente con una pendiente inclinada, de poco sirvieron los intentos de Manga que fue el más peligroso para la zaga “tiburona” y los intentos de Silva, Rojas y Machado para haber marcado una ventaja o eventualmente haber recortado distancias. Dos goles de desventaja a pesar de un Vikonis con un rendimiento sobre el promedio recordando al uruguayo que a su llegada en 2015 cautivó a la hinchada azul con sus soberbias y seguras atajadas evitando así una hecatombe mucho mayor en el Metropolitano. Dos goles que causan frustración por el cómo fueron, el primer gol a causa de un mal rechace y el segundo de un tiro libre de Viera indiscutible en su ejecución, un golazo que ninguna estirada humana habría podido evitar, un marcador que sin duda golpea al hincha y su moral en cara a la revancha, ¿Pero para sentirse derrotado? ¿Para sentir que el sueño de la 15 tendrá que aplazarse seis meses mínimo? Eso no.

¿Jugamos mal? No puedo decir que no porque si no no estaríamos con el respirador artificial dándonos vida “apenas” perdiendo 2-0, hubo imprecisión en los pases, inseguridad e incluso intermitencia entre los volantes. Vega no tuvo una buena noche como las ha solido tener y se hace en su mayoría responsable del gol de la ventaja tiburona, pero no por eso vamos a crucificarlo, así como dos buenos partidos no es para vitorear ni corear a un canterano, por un partido malo no es para someterlo al escarmiento; seguramente lo de ayer será una lección para su vida y crecimiento profesional y lo dará todo para que esos errores no vuelvan a pasar. Protejamos nuestra cantera que paulatinamente se ha promocionado que allá hay buen talento y potencial y llevándolos con calma sin que nuestras emociones los hagan elevar o mermar su ego que seguramente nos darán muchas alegrías.

Volviendo al tema, si estamos pensando en vacaciones anticipadas que sea el domingo 5 de junio a las 6:00 pm cuando el pitazo final haya sentenciado el fatal destino, antes no. En esos 90 minutos seremos 11 en la cancha y 30.000 en las gradas del templo de la 57 contra 11 visitantes que seguramente se encerrarán y “parquearán el bus”. Así como en 2012 que remontamos 2 goles de desventaja vs Palmeiras y unas semanas después hicimos 3 goles en 45 minutos para eliminar a Gremio, así como en 2013 en una situación análoga en octavos de Copa desde los once pasos hicimos respetar la casa, así como hace 5 semanas a este mismo rival le hicimos 3 goles en 45 minutos tras un primer tiempo desastroso, debemos demostrar que El Campín no regala nada y que hacer de este el noveno círculo del infierno para el Junior y no solo apegarnos a las estadísticas donde dicen que ellos son un flojo visitante en la capital colombiana, sino demostrarle a Millonarios y a nosotros mismos que si todos somos uno solo apostando por el mismo objetivo de clasificar a semifinales, seremos invencibles. Así que, cada uno a su tarea, los jugadores desde un cuerpo técnico con la responsabilidad que recae sobre él, a jugar el partido del semestre con garra, con huevos, con “la actitud que no se negocia” como dice el cartel de los vestuarios, con lo mejor de sí; y nosotros con lo mismo desde la tribuna con manos y garganta empujando hasta el último suspiro cuando el pitazo final dicte el veredicto de la llave C.

Para concluir, lo de ayer ya pasó, y si su crítica no va a aportar nada bueno y nos va a predisponer o a poner pesimistas quédese callado que somos más los que queremos soñar de acá al domingo con una tarde de cuento de hadas más. Y si tiene miedo de esa tarde, adopte un perro, venda la boleta, compre pasabocas y vea una película en Netflix o en televisión.

Con esto reencaucho el blog y quedo atento a críticas, comentarios y opiniones. Hasta una próxima y ¡VAMOS MILLOS TODAVÍA!

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